Epitafios humorísticos


Aquí yace un profesor
Que siempre impartió gallego
Y ya es mala leche, Señor,
Que este epitafio dé el pego
Estando escrito en español.

Aquí yace un profesor
Que Educación Física impartió
Y a ti te brinda, Señor
Está última flexión.

Aquí yace un profesor
Que era de Matemáticas.
Se le acabaron las pláticas
y con ellas el sopor
que infundía a su alumnado
escribiendo en encerado
con tiza y con borrador.

Aquí yace un profesor
Que lo era de Latín
Ahora sirve por fin
Su sesuda profesión
Para poder traducir
El célebre desenlace
Que reza, Requiescat in pace.

Aquí yace un profesor
Que era de Geografía
Y su mundo hoy no varía
de un féretro y su interior.

Aquí yace un profesor
Que impartía Economía
Y bajo una losa muy fría
Toda su vida quebró.

Aquí yace un profesor
Que impartía Religión
Y solo por esa razón
En tu seno está, Señor.

Aquí yace un profesor
Que daba clases de Dibujo
Tuvo una muerte de lujo
pasándose un borrador.

Aquí yace un profesor
Que impartió Filosofía
Ahora le llegó el día
De ver si de algo sirvió
Todo aquello que enseñó.


Aquí yace un profesor
De Ciencias que ayer decía
Practicar espeleología
Al bajar al interior.
A ver si ahora tiene el valor
De decir hoy tal tontería.

Aquí yace un profesor
Que lo era de Informática
Y su ciencia no fue práctica
pues su placa base rompió.
Y cuando se fue a enterrar
No se pudo reiniciar.

Aquí yace un profesor
Que presidió un Tribunal
Con una injusticia tal
Que incluso prevaricó.
Cuando su hora llegó
Y tuvo que sacarse el velo
Ante el Tribunal del Cielo
El profesor suspendió.

Aquí yace un profesor
que a nadie nunca aprobaba
y cuando ya en el cielo estaba
Incluso a Dios suspendió.

Aquí yace un profesional
Que la Música enseñaba
Y su carrera ahora acaba
con música angelical.

Un profesor de piano
Yace inerte en este nicho
Y ahora enseña a los bichos,
Sobre todo a los gusanos.


Daba la Historia de España
Este profesor tan pulcro.
Ahora enseña en el sepulcro
A la Parca y su guadaña.

De que me sirvió quererte,
¡Oh, profesor de instituto!
Ahora me dejas de luto
Y me engañas con la muerte.

Yace en este santo prado
Un profe de Tecnología
Que en vida solo sabía,
Y mal, usar un taladro.

Era gramático excelso
El hombre que yace aquí
Ahora es un esqueleto
Que no sabe ni la í.

Aquí yace un profesor
Que cumplía con su oficio
Ahora está en orificio
y no ejerce su labor.

Un profesor yace inerte
Y de ello no es consciente
Porque al eximio docente
La muerte en nada convierte.

El profesor antedicho
Daba clases de cocina.
Ahora es pura cecina
De seco que está en el nicho.

El salón de gente VIP
Usaba el gran matemático.
Después de recibir el viático
descansa en la sala RIP.

El burócrata D. Mario
Se encuentra aquí yacente
Y su alma está pendiente
de sellos y formularios.
Aquí yace un profesor
Cuyo mayor y gran reto
Era que su alumnado
Aprendiera con agrado
Los huesos del esqueleto.
Ahora aquel gran docente
Se muestra a los estudiantes
Bastante más flaco que antes
En ataúd transparente.


Aquí yace un profesor
Que no quiso jubilar
Y aún pretende enseñar
Al incauto enterrador
Que comprueba con mal fario
Como en este panteón
Surge una aparición
Prácticamente a diario
Que le explica una lección.

Aquí yace Don Manuel
que gusanos diseccionaba
y como venganza macabra
Los bichos lo comen a él.

Aquí yace un profesor
Que lo era de francés
Y se curó de su estrés
Quand l’est arrivé la mort.

Aquí yace un profesor
Que más que al diablo temía
Que lo enterrasen un día
Al lado de un inspector.

Aquí un docente yace
Que al alumnado asustaba
Y cuando algo explicaba
Mas que hablar abría las fauces.

Aquí yace un alma en pena
Cuyos deudos recriminan
Se arrojase a una piscina
Creyendo que estaba llena.

Aquí yace Mari Mar
que de insomnio padecía
Ahora que está muerta y fría
de dormir se va a hartar.

Como en vida era un zafio
lo enterraron sin tristeza,
denunciando su vileza
en este breve epitafio.

En vida no me quisiste,
rechazaste mis ofertas,
y ahora que estas bien muerta
que gran favor tú me hiciste.

Epitafio de un maltratador

¡¡Vete al carajo Manuel,
que te coman los gusanos
por haber sido un marrano
y zurrarme sin cuartel!!

Epitafio de un parapsicólogo

Bajo esta losa marmórea
deja la carne y los huesos
para ser tras su deceso
una entidad incorpórea
Epitafio de un bombero

Ahora que ya está ciego
sordo, mudo e inerte
le ha liberado la muerte
de tener que apagar fuegos.

Epitafio de un policía de tráfico

De vivo ponía multas
era chulo y pendenciero
y ahora en este agujero
bajo una losa se oculta.


Epitafio de un sibarita

Cuando era joven y ufano
Muchas angulas comió.
La situación se invirtió
y ahora es pasto de gusanos.

Epitafio de un fontanero

Se enterró a un fontanero.
Bajo esta losa tan fría
Y con lo que cobró en vida
su ataúd lo hizo un joyero.


 José M. Ramos González © 2011