Semblanzas literarias

 EMILIA PARDO BAZÁN

Mujer de grandes arrestos
En un mundo masculino
Ahíto de desatinos
Con el género opuesto.

Emilia Pardo Bazán
Libertad fue el patrimonio
De esta dama de excepción
Que nunca se sometió
Ni siquiera al matrimonio.

En un siglo de prejuicios
Donde la mujer era objeto
De caprichos, mil y un vetos
Amarguras y suplicios.

Pero su amor por el arte
Superó inconvenientes
Y fue un ejemplo viviente
De las féminas baluarte.



JESÚS MURUAIS

Ya que los libros amáis,
es de saber obligado
la existencia de un letrado
cuyo nombre es Muruais.

Jesús Muruais (1852-1903)


Personaje silencioso,
tenía gustos en arte,
que más de un vate comparte,
con un tinte licencioso.

Biblioteca poseía,
excelsa y sin parangón.
Obras en tal profusión
su sapiencia enaltecía.

De Francia mil ejemplares:
Flaubert, Hugo y Maupassant.
De España Pardo Bazán
y otros de allende los mares.

Criticaba a los poetas
en sus célebres Semblanzas 
tomándoles siempre a chanza
arrojándoles saetas.


CATULLE MENDÉS



Poeta hoy desconocido, 
de ascendencia portuguesa, 
nacionalidad francesa 
y de religión judío. 
Catulle Mendès (1841-1909)
El Parnaso fue su guía
y esa Escuela lo absorbió,
componiendo con pasión
multitud de poesías.

Nunca venció la fatiga
y escribió varias novelas,
y ejemplo de una de ellas
es Las Madres enemigas.

El relato breve tocó
sazonado de erotismo,
y tal vez por eso mismo
fue un género en el que triunfó.
 
También se dedicó a imprimir
y a fundar nuevas revistas 
donde todos los artistas 
comenzaban a surgir. 

Mucho le deben autores
que si Mendès no existiera,
tal vez no se conocieran
y hubiesen muerto pobres.


ISAAC ASIMOV


Unas enormes patillas
limitan su rostro augusto
y si le hicieran un busto
sería una maravilla.

 Y clara cual agua de río,
límpida y cristalina,
es evidencia supina
que tiene nombre judío.












Y decir también excuso,
aunque parezca trivial,
obvio y elemental,
que tiene apellido ruso.

Mas contra todo pronóstico
era norteamericano,
No por ello allí nació en vano,
pero siempre fue un agnóstico.
 
Astrofísica estudió
y a la divulgación científica
de una manera magnífica
el hombre se dedicó.








Escribió libros selectos
De corte naturalista
Que según otros artistas
Resultaban ser perfectos.

Y no es gratuita la loa
Porque de su pluma grandiosa
Salió esa obra hermosa
Cual fue Los Pazos de Ulloa.

Y retrató allí con verismo
De los hombres el poder
Y el dolor de la mujer
Con un crudo realismo.

Y merced a esa capacidad,
Pudieron sus coetáneas
Mantenerse más cercanas
A un estatus de igualdad.

Y aún que hubo mucho trecho
Y duro por recorrer
Hay que poner en su haber
Que la igualdad ya es un hecho.

Y Emilia fue una condesa,
Eximia e insigne dama
Que supo llevar a España
De Galicia la grandeza.


(c) José M. Ramos González, 2011



Ante ataque furibundo
mejor meter la testuz,
al igual que la avestruz,
en agujero profundo.

Cuando la muerte llegó,
tras la cruel enfermedad,
un clérigo sin piedad
su biblioteca expurgó.

¡Qué dislate¡ ¡Qué lamentos!
Desatino de las llamas
prendidas por las sotanas
quemando esos documentos.

Algo no obstante quedó,
pues quemar tanto legajo
requería tal trabajo
que el cura se amilanó.

Mas pese a esta felonía
y si en Pontevedra estáis,
los libros de Muruais
duermen en su estantería.

Y si deseáis hojearlos,
o queréis leer a Zola,
es "Antonio Odriozola"
el lugar donde encontrarlos.

Y así, querido lector
acabamos esta glosa,
que es loa y no es otra cosa,
de Muruais… ¡sí señor!

(c) José M. Ramos González, 2011






Y a Mendès reconoció
el propio Rubén Darío,
parnasiano de tronío,
que un soneto dedicó.

Discípulo de Gautier,
que lo acogió con bondad,
al igual que Maupassant
lo fue también de Flaubert,

Aunque Mendès fue más lejos
y a la hija del maestro,
con arrojo y muy dispuesto,
conquistó y tiró los tejos.

Su muerte fue violenta
y causó gran impresión
pues su agonía duró
y fue de manera cruenta.

Mendès iba adormilado
en el tren a su mansión
cuando hubo una detención
y creyó haber llegado.

Y al bajarse del vagón
comprobó horrorizado
que su pie se había enganchado
en las ruedas del convoy.

Como nadie lo observó
y el tren reanudó su marcha,
al túnel llegó la Parca
y desangrado murió.

Hoy su obra no se lee,
el tiempo la fue olvidando.
Yo la estoy recuperando
y divulgo en Internet.



Otros campos cultivó
de la gran cultura humana
y gracias a una mente sana
una Historia nos legó.

Aunque la gran aportación
que más célebre le hizo
fue escribir con oficio
historias de ciencia ficción.

Y este género proscrito
por la crítica ortodoxa
vio levantarse la losa
de los desprecios del crítico.

Y entre su gran producción,
sus admiradores mentan
los volumenes que cuentan
la saga de La Fundación.

Yo robot es colección
de relatos futuristas
dando su punta de vista
de esa maquina en acción.

Y pese a su escepticismo
sobre Dios y su existencia,
Este, en su Eterna Sapiencia,
lo sustrajo del abismo

al que cae el ser perverso.
Porque...¿quién va a contar mejor
al Dios que todo es amor,
historias del universo?



(c) José M. Ramos González, 2011